Texto introductorio

dissabte, 13 de novembre del 2010

Buenos días

El sol despierta sobre el mar hablador de la mañana. Con su veteranía de aquél a quien la rutina no le cansa, abre el telón de la isla imponiéndose al frío viento matinal y al faro solitario que le ha remplazado por la noche. Ya no hay lugar donde esconderse, ya no hay caminos oscuros ni acantilados que temer. Todo se somete a la eterna linterna. El silencio reina en su honor y las olas continúan su vals característico. Hoy, sin embargo, mis ojos se humedecen ante tanta dulzura. Tengo el vacío más lleno ante mí: el mar, las rocas, y el sol que ciega mi mirada, se gana los aplausos de los que impacientes le aguardaban.