Texto introductorio

dimarts, 9 de febrer del 2010

Los árboles lloran el invierno
yo ya no lloro nada.
La angustia gatuna
ronronea en mis rincones
para no pasar frío,
para no dejar que me olvide
que el tiempo se suicida por mi tardanza.
No puedo abrir la ventana
vomitar el deseo.
No puedo partir,
o no quiero.
Me encierro
con este olor agrio
a gato muerto
a cansancio de delirio.