Texto introductorio

dimarts, 9 de febrer del 2010

Luz.
Era de noche. Andaba por la acera. Bajaba por una calle ancha, no se oía nada. El viento cortante como un cuchillo no diezmaba a nadie más y alguna figura alejada olvidaría su rostro.
Sombra.
Abandonado, desierto. Mirase donde mirase veía indefectiblemente una sombra, cobarde, poderosa. Sus ojos desalentados buscaban. Las luces de las farolas ahogaban sus ojos. Un destello punzante, mordaz. Voces agónicas.
Ni luz ni sombra, lo que buscaba estaba de por medio, ella.